La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud sexual como “un estado de bienestar físico, mental, emocional y social en relación con la sexualidad”.
La salud sexual debe estar sujeta al mismo tipo de evaluación en la práctica clínica diaria que la función física y psicológica de los pacientes. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª edición, 2013), la disfunción sexual comprende los siguientes trastornos: eyaculación retardada, trastorno eréctil, trastorno del orgasmo femenino, trastorno del interés/excitación sexual femenino, dolor genito-pélvico/trastorno de la penetración, trastorno masculino del deseo sexual hipoactivo, eyaculación precoz (temprana).
La sexualidad y las relaciones íntimas se han ignorado en gran medida en la atención del paciente reumático, se estima que la prevalencia de los problemas sexuales en las enfermedades reumáticas varía entre un 36% y un 70%, y aumenta con la duración de la enfermedad. Las más estudiadas en el contexto de disfunción sexual son: lupus eritematoso sistémico (LES), artritis reumatoide (AR), esclerosis sistémica (SS), síndrome de anticuerpos antifosfolípidos (SAF), fibromialgia, psoriasis y artritis psoriásica.
Las causas de la disfunción sexual suelen ser complejas e involucran una serie de determinantes físicos, psicológicos e interpersonales. Lamentablemente, los datos sobre cualquier asociación entre la disfunción sexual y la enfermedad reumática, así como los factores contribuyentes o protectores, aún no se comprenden bien y requieren confirmación en estudios adicionales.
En este orden de ideas, la dificultad en el abordaje del tema con el paciente y en consecuencia, la dificultad para dar un tratamiento adecuado, se debe a la falta de orientación sobre la función sexual por parte del médico. El funcionamiento sexual es un área desatendida de la calidad de vida en pacientes con enfermedades reumáticas; razón por la cual es importante tener en cuenta en la consulta, las fases del ciclo sexual:
1. Deseo: caracterizado por fantasías sobre la actividad sexual y el deseo de actividad sexual.
2. Excitación: sentimiento subjetivo de placer sexual.
3. Orgasmo: clímax del placer sexual, con liberación de la tensión sexual.
4. Resolución: sensación de relajación y bienestar general.
La aparente falta de interés de los médicos en la función sexual de sus pacientes podría explicarse por factores como tiempo de consulta limitado, incomodidad al hablar de sexualidad (por parte del médico y el paciente), incertidumbres sobre el papel y la competencia del médico en temas de la sexualidad de sus pacientes.
Es necesario abordar la sexualidad en cada consulta médica, sobre todo si no se ha realizado previamente, dado que esto hace parte de la integralidad de la atención. Hay algunos principios básicos en este abordaje:
- No poder disfrutar de la sexualidad es un tipo de discapacidad, y debe ser tenida en cuenta tanto por los profesionales sanitarios como por los pacientes para conseguir mejorar la calidad de vida.
- Las relaciones sexuales tienen efectos muy positivos para nuestra salud, ya que liberan endorfinas, mejorando el dolor, el sueño y el estado de ánimo. Además podrían reducir el riesgo de algunas enfermedades.
- Más de la mitad de los pacientes con enfermedades reumáticas tienen algún tipo de dificultad en sus relaciones sexuales.
Se describan algunas recomendaciones durante el abordaje de esta temática en la consulta médica.
Para los médicos:
Existen técnicas de comunicación que pueden utilizarse para que el paciente, si así lo desea, tenga la oportunidad de hablar sobre su sexualidad mediante preguntas abiertas sin tecnicismos, para establecer cuáles son sus preocupaciones reales (actividad sexual actual o deseo de ser sexualmente activo), romper el “taboo” para mejorar la confianza con el paciente, hablar sobre el ciclo sexual, explicar que es un problema observado en otros pacientes con enfermedad reumática y no reumática, valorar la gravedad del dolor durante las relaciones sexuales (por ejemplo con la escala visual análoga), orientar sobre adyuvantes durante las relaciones sexuales (por ejemplo lubricantes), comodidad y/o posiciones durante el acto sexual, así como acompañamiento multidisciplinario como es la orientación psicológica.Es importante recalcar la conveniencia de que si en algún momento el sujeto tiene cualquier problema sexual lo comunique abiertamente, ya que la propia enfermedad o algunos tratamientos pueden interferir en sus relaciones íntimas.
Antes de explicarle u orientarle al paciente sobre recomendaciones o pautas para el manejo de la disfunción sexual, es imprescindible comentarle algunas de las posisbles causas asociadas a esta problemática. A continuación, recomendamos explicar estas posibles causas de manera organizada, con lenguaje sencillo, para mejorar el entendimiento por parte del paciente:
Posibles causas de las dificultades en las relaciones sexuales:
- Físicas: fundamentalmente dolor, fatiga, rigidez, limitación para los movimientos de las articulaciones, impotencia, disminución de la lubricación, entre otras.
- Psicológicas: como la disminución de la autoestima e imagen corporal negativa, depresión, ansiedad, sentimientos de culpa, frustración o tensión con la pareja.
- Farmacológicas: aunque la mayoría de los fármacos utilizados en las enfermedades reumáticas no afectan al funcionamiento sexual puede haber excepciones
- Disfunción eréctil asociada a Metotrexato, sulfasalazina o hidroxicloroquina.
- Disminución de la libido con AINEs o corticoides.
- Afectación de la imagen corporal por los corticoides.
- Úlceras orales y genitales con algunos inmunosupresores.
Posteriormente, el paso a seguir por parte del médico tratante, es recomendar algunas pautas para mejorar la vida sexual de sus pacientes reumáticos, ofreciendo consejos y/o recomendaciones cuando esté solo o acompañado con su pareja.
Recomendaciones para dar al paciente respecto a sí mismo:
- No convertir el dolor en el centro de la vida, ya que eso no deja disfrutar del resto de cosas positivas.
- Mantenerse en buena forma, practicando algún tipo de ejercicio físico suave y consultar con un fisioterapeuta.
- En casos de disfunción eréctil hay medicamentos que se pueden utilizar bajo previa asesoría médica.
- Para los casos de problemas de sequedad vaginal se recomienda utilizar lubricantes base agua, terapia sustitutiva de estrógenos o crema de estrógenos, bajo previa asesoría médica.
- Educar la autoestima, cuidarse uno mismo, darse caprichos, potenciar la sensualidad. Hacer cosas por sí mismo que lo(a) hagan sentir que es atractivo(a): cambiar de aspecto, usar nuevos productos (perfume, cremas corporales), lencería, etc.
Recomendaciones para dar al paciente cuando esté con su pareja:
- La relación del paciente con su pareja debe ser muy comunicativa. Es importante que la pareja preste compresión y apoyo, y el paciente ponga de su parte para manifestar las dificultades que encuentre. Mantener una vida sexual gratificante es una tarea de los dos. La confianza es clave, si algo de lo que hace la pareja le molesta o le duele, debe decírselo a su pareja.
- Utilizar el humor, y los cumplidos. Cuidar su relación de pareja (sorpresas, regalos, etc).
- Es importante destacar que la vida sexual puede fortalecer la unión y no tenerla puede ser un detonante de problemas en la pareja.
Para los pacientes:
Es fundamental la comunicación con la pareja sobre los sentimientos, deseos, juegos y necesidades sexuales. Hay que reconocer la importancia de los mimos, las caricias y cualquier contacto físico, además es bueno hablar sobre el miedo a causar dolor o angustia durante las relaciones sexuales. El dominio de técnicas eróticas puede desempeñar un papel destacado en la satisfacción mutua y sin duda ayudará a establecer una armoniosa sincronía entre las dos personas.
Como consejos prácticos en general, se deberían evitar las temperaturas frías tomando una ducha o baño caliente o utilizando una manta eléctrica para alcanzar una temperatura corporal agradable antes de la actividad sexual. Lo ideal es estar descansado y relajado, tomar medicación contra el dolor 30 minutos antes de las relaciones y aplicarse gel lubrificante íntimo o cremas de estrógenos para minimizar las molestias durante el coito en caso de dispareunia o sequedad vaginal. Hay que evitar el tabaco y el alcohol. En casos de disfunción eréctil se pueden utilizar, si no
están contraindicados y siempre bajo indicación médica, inhibidores de la fosfodiesterasa de tipo 5.
En pacientes con dificultad para adoptar ciertas posiciones debido a limitaciones de la movilidad o rigidez, se pueden recomendar las posiciones sexuales que resulten más cómodas y eficaces contra el dolor. Del mismo modo que se usan dispositivos para ayudar en la cocina o en el trabajo, también se pueden recomendar dispositivos útiles para el sexo.
Existen posiciones recomendadas como por ejemplo: “La mujer en decúbito supino (boca arriba) y el hombre boca abajo apoyado en sus manos y rodillas”, esta posición es recomendada para hombres y mujeres con problemas de cadera, incluidos los portadores de prótesis total de cadera y también en mujeres con problemas de rodillas y espalda, se sugiere evitar en hombres con dolor lumbar intolerable, con dolor a la flexión y a la extensión del tronco.
Es importante, manifestar ante la pareja y el médico síntomas o quejas que se pudieran relacionar con tristeza o labilidad emocional, ya que la depresión se correlaciona el dolor y aliviar el dolor y controlar la depresión ayuda al círculo vicioso de dolor, depresión y disfunción sexual.
Con la información obtenida, se puede establecer una primera aproximación al problema: apatía ante las relaciones, eyaculación precoz o disfunción eréctil, falta de estimulación por parte de la pareja, dificultad para la excitación, problemas en la apariencia, dolor durante las relaciones sexuales, esto con la finalidad de lograr ventajas o beneficios derivados de un placentero y satisfactorio acto sexual.
Siempre se debe pensar en “el cuándo y el cómo” de las relaciones sexuales, por ejemplo, si el paciente no se encuentra bien, quizá sea mejor esperar a más adelante, pero teniendo muy claro que:
- El sexo no empeora necesariamente los síntomas, más bien al revés, ya que actúa como relajante muscular y cuenta como ejercicio físico.
- Las relaciones sexuales pueden aliviar el dolor y mejorar el estado de ánimo.
Entre las ventajas de mantener una vida sexual activa y gratificante, se destacan las siguientes:
- Reduce el dolor.
- Mejora el sueño y el funcionamiento del sistema inmune.
- Mejora el tono de los músculos pélvicos.
- Reduce el riesgo de cáncer de próstata y de mama, y el riesgo de enfermedades coronarias.
- Reduce la ansiedad, reduce el estrés y previene la depresión.
En resumen, tener en cuenta estos mensajes finales:
- Para que la sexualidad de un individuo sea satisfactoria, para él y para las personas que le acompañan, es necesario que se le faciliten aquellas condiciones que permitan unas vivencias placenteras que no solo afecten a los genitales, sino que tengan en cuenta otros aspectos, como el conocimiento del propio cuerpo, las fantasías y los deseos.
- Tener una enfermedad reumática, no implica necesariamente renunciar a una vida sexual satisfactoria. No debería considerarse algo secundario, sino una forma de compartir, de comunicarse y de divertirse. Se trata de flexibilizar y adaptarse.
- Comentar con el médico cualquier duda o problema que tenga.
- La sexualidad mejora cuidando la relación de pareja, la comunicación y los detalles, también mejora cuidando la relación con uno mismo en términos de autoestima y autocuidado.
- Es importante recordar que hay dos reglas generales:
- Las relaciones sexuales tienen efectos muy positivos para nuestra salud mental y física.
- “Si te duele no lo hagas”, consulta con tu médico tratante.
Andrés Felipe Lamos Duarte
Residente de segundo año de reumatología
Fundación universitaria de ciencias de la salud (FUCS)